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Toda tu libertad

Sentado en la esquina de la vieja mesa esperaba verte al llegar de la escuela  Te veia cruzar desde la pequeña ventana de la cocina que da al pasillo angosto que te lleva hasta tu casa. Yo te veía pasar mientras tomaba la leche blanca que dibujaba en mi labio superior un gracioso bigote, que a su vez le robaba a tus labios inocentes, la sonrisa mas hermosa que haya visto este niño. Tu caminar liviano con aquélla mochila en la espalda  que hacias flotar con ese pequeño salto en cada paso,  que no alejaba tus pies del suelo. las medias blancas hasta las rodillas,  la túnica perfecto blanco que te llegaba, a la mitad de tus delgados muslos con tablillas bien planchadas tus zapatos negros impecables tus trenzas y la picardía de tu mirar  que me hipnotizaba por completo.